A través de su enfoque, la Bauhaus está viva como escuela de los clásicos. Su atemporalidad se deriva de un intenso proceso de reducción. Desde diseños, filosofías y formas que se destilaron tan clara y rigurosamente que han sido capaces de resistir la prueba del tiempo. La reducción formal de los objetos, el amor por la geometría, la desaparición de detalles superfluos… La Bauhaus, más que una insurrección contra la ornamentación y el exceso, fue una fuerza liberadora que reintegró el diseño con sus raíces. Color, forma, escala: la Bauhaus descubrió la geometría histórica de la estética. Y una vez barrido el polvo de los siglos, a esta nueva generación de artistas y artesanos se les ocurrieron formas de coherencia eterna. Puro, reducido, clásico… la Bauhaus describe una estética arcaica que se remonta a más de un siglo. En ese sentido, la modernidad nunca fue una moda, sino una tradición marcada por el redescubrimiento y la revisión de los valores verdaderos.

Este eje invita a los diferentes estudiosos del ámbito académico a reflexionar y plantear los distintos posicionamientos ante este binomio desde la innovación docente, la teoría y la práctica, a la formación para la sociedad de la revolución industrial frente a la formación para la sociedad digital.

¿Hay que visualizar los relatos de cada uno de estos dos universos para extraer de ellos los valores, capacidades, competencias y herramientas de la nueva pedagogía en el diseño?

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