La relación entre las personas y los objetos está en una permanente evolución.

El diseño y la tecnología deben garantizar una vida más fácil y placentera para los seres humanos. El diseño transversal y el cruce entre las artes, la tecnología y el diseño aportan nuevas formas de comunicación, interacción y producción así como nuevos productos y servicios que responden a un cambio en las estructuras de pertenencia. Estamos ante un escenario que necesita una concepción de la práctica del diseño estrechamente relacionada con el progreso, la calidad de vida y la mejora de la vida social. De algún modo, una nueva oportunidad para el Estado del bienestar.