El Encuentro
Ejes temáticos ENCUENTRO BID 2017
En conjunto, reunir distintas posiciones sobre una proyección de futuros basada en las distintas identidades y filosofía de cada centro formativo.
1. Diseñar para el desarrollo social
Diseñar para la emergencia, para el bienestar social: la emigración forzada en busca de una vida mejor, la pobreza, la desigualdad, el crecimiento de los adultos mayores, las necesidades de los que tienen muy poco, los desastres naturales, los enfrentamientos humanos y sus víctimas. Abordar estos retos desde el diseño significa que éste puede y debe tener un impacto positivo en nuestro entorno habitado, en la movilidad, los bienes, las ideas, la industria, el empleo y en toda nuestra forma de vivir, solucionando problemas existentes en escenarios de absoluta escasez de una forma innovadora.
El campo del diseño se expande cada día más revisando escenarios y buscando nuevos caminos en áreas no tradicionales para generar acciones locales de gran repercusión con criterios de desarrollo, de sustentabilidad y accesibilidad.
2. Diseñar para un futuro sostenible
Vivimos una revolución de las comunicaciones y la tecnología que está dando lugar a nuevas formas de vida en donde el diseño se ha involucrado en las nuevas respuestas a través del uso de la biotecnología, la nanotecnología, la microelectrónica, los wearables, etc. Las energías alternativas son hoy asignatura obligada para investigadores, diseñadores y otros profesionales ocupados en dibujar el mundo futuro. La era del conocimiento y la información, del movimiento de los makers y fablabs, y la producción digital obligan a otro discurso para otro campo de actuación y otro impacto social.
3. Diseñar para el estilo de vida
La relación entre las personas y los objetos está en una permanente evolución.
El diseño y la tecnología deben garantizar una vida más fácil y placentera para los seres humanos. El diseño transversal y el cruce entre las artes, la tecnología y el diseño aportan nuevas formas de comunicación, interacción y producción así como nuevos productos y servicios que responden a un cambio en las estructuras de pertenencia. Estamos ante un escenario que necesita una concepción de la práctica del diseño estrechamente relacionada con el progreso, la calidad de vida y la mejora de la vida social. De algún modo, una nueva oportunidad para el Estado del bienestar.
4. Diseñar para el crecimiento de la economía
Es esencial reivindicar e incorporar a la Enseñanza el rol del Diseño como práctica profesional, cultural y económicamente productiva. En muchos de nuestros países el Diseño sigue siendo poco reconocido como actividad una económica relevante, como parte integral del desarrollo y la implementación de la innovación de productos y sistemas. Su inclusión explícita en las políticas nacionales de fomento a la Innovación y las prácticas del sector productivo, no puede más que redundar en un impulso a la capacidad competitiva de los países en los mercados abiertos, a su crecimiento sostenible y al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. Esto implica formar con un planteamiento estratégico en materia de innovación abogando por una economía inteligente, sostenible e integradora que genere altos niveles de empleo, productividad y cohesión social. En este marco es importante analizar en profundidad cómo se relaciona la Universidad con la empresa y el tejido productivo.
5. Diseñar para un mundo complejo
El desequilibrio y la polarización social y cultural así como la revolución digital y tecnológica intervienen como factor de riqueza y como acelerador de la dualización contribuyendo a desarrollar niveles nunca alcanzados de riqueza y bienestar junto a estándares igualmente crecientes de precariedad y paro estructural. La profesión se enfrenta a nuevos desafíos, nuevos espacios y nuevos roles en donde se trabaja en equipos multidisciplinarios, interdisciplinarios y transversales y con sistemas abiertos y colaborativos. Para esto es necesaria una actualización de las fórmulas de relación y modelos de vinculación para interpretar los marcos de referencia en los que se mueve el diseño y se deben tener en cuenta la nuevas perspectivas que van del diseño tangible al diseño intangible: diseño de servicios, diseño sostenible, diseño para la innovación social, diseño de información. Es tiempo de dejar de ver el diseño como un objeto sino como el vínculo entre individuos y sus interacciones.
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